Tú tanto como yo.



Supuestamente, suponiendo, alertándonos, vivimos bajo la constancia de que la felicidad no existe,
aun así la buscamos luchando por lo que nos gusta, pero, y si… ¿la felicidad existiese?,
tú tanto como yo creeríamos en el aburrimiento, tú tanto como yo no existiríamos,
tú tanto como yo nos extinguiríamos, tú tanto como yo sabemos que la felicidad no es que no exista,
es que hay que construirla.